El Fin Del Discurso


Eclesiastés 12: 13 El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre. 14 Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala
Para que la vida sea algo que tenga sentido, es necesario conocer a Dios. Conocer a Dios es temerle, amarle, servirle, conocer su corazón y aprender a ser como El.

El es compasivo, amoroso, misericordioso, en el no hay sombras ni maldad, no hay temor cuando estamos abrigados en Su presencia.

Temer A Dios Y Guardar Sus Mandamientos Toda la vida según Su palabra consiste en temer a Dios y guardar sus mandamientos.  Esto es el todo del hombre. Significa que estas dos cosas son la razón de ser y de existir.  Si alguien deja este mundo sin haber experimentado estas dos dimensiones expresadas aquí, podemos decir que solo existió pero difícilmente supo lo que es en realidad la vida.

Lo que nosotros llamamos vida, es algo transitorio.

Eclesiastés 12: 1 Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento; 2 antes que se oscurezca el sol, y la luz, y la luna y las estrellas, y vuelvan las nubes tras la lluvia; 3 cuando temblarán los guardas de la casa, y se encorvarán los hombres fuertes, y cesarán las muelas porque han disminuido, y se oscurecerán los que miran por las ventanas; 4 y las puertas de afuera se cerrarán, por lo bajo del ruido de la muela; cuando se levantará a la voz del ave, y todas las hijas del canto serán abatidas; 5 cuando también temerán de lo que es alto, y habrá terrores en el camino; y florecerá el almendro, y la langosta será una carga, y se perderá el apetito; porque el hombre va a su morada eterna, y los endechadores andarán alrededor por las calles; 6 antes que la cadena de plata se quiebre, y se rompa el cuenco de oro, y el cántaro se quiebre junto a la fuente, y la rueda sea rota sobre el pozo; 7 y el polvo vuelva a la tierra, como era, y el espíritu vuelva a Dios que lo dio. 8 Vanidad de vanidades, dijo el Predicador, todo es vanidad.

Esta palabra describe de forma magistral esa transitoriedad de la naturaleza del hombre. Aquí cada expresión nos habla de como este tabernáculo temporal se desgasta hasta que finalmente regresa cada cosa a su origen.

El cuerpo regresa a ser polvo de la tierra y el espíritu regresa a Dios.