Yom Kipur, el nombre de la festividad, está compuesto de dos palabras Hebreas: yom (יום) que significa día y Kipur (כיפור) que denota expiación. La Biblia lo describe en la siguiente manera: "Por ese día, el sacerdote hará expiación por vosotros, para purificaros de todos vuestros pecados ante el Señor". (Levítico 16:30)
En español la palabra "expiación" es bastante abstracta, y se refiere a corregir o borrar las culpas por haber cometido un pecado.
Pero la palabra Hebrea Kipur tiene un sentido mucho más concreto. En la Biblia, la raíz k-p-r (כפר) significa cubrir algo físicamente. Por ejemplo, en Génesis 32:21 Jacob trata de pacificar a su hermano furioso Esaú con el envío de regalos, pensando para sí mismo: "Apaciguaré (אֲכַפְּרָה) su ira con el regalo".
Esto significa es que el acto de expiación en la Biblia es un acto de "cubrir" los pecados. Desde luego que es una medida temporal.
Esto significa es que el acto de expiación en la Biblia es un acto de "cubrir" los pecados. Desde luego que es una medida temporal.
No podemos aspirar a borrar totalmente el pecado. Está presente constantemente en nuestra vida. Y precisamente por ello Yom Kipur llega una vez al año.
De allí que nuestro Sumo Sacerdote que es Jesus el Mesias, entró una vez y para siempre en el verdadero santuario para cubrir nuestros pecados y borrarlos para siempre.
Hebreos 9: 23 Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que estos. 24 Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios; 25 y no para ofrecerse muchas veces, como entra el sumo sacerdote en el Lugar Santísimo cada año con sangre ajena. 26 De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado
De allí que nuestro Sumo Sacerdote que es Jesus el Mesias, entró una vez y para siempre en el verdadero santuario para cubrir nuestros pecados y borrarlos para siempre.
Hebreos 9: 23 Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que estos. 24 Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios; 25 y no para ofrecerse muchas veces, como entra el sumo sacerdote en el Lugar Santísimo cada año con sangre ajena. 26 De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado
